La fe y la obediencia son las llaves de las
bendiciones que Dios ha preparado para ti desde toda la eternidad.
Créele y obedécele a Dios, y verás como las consecuencias de bendición
comienzan a cernirse en medio de todos tus acontecimientos diarios.
Nadie impedirá que lo que te pertenece llegue a tus manos...
Nadie impedirá que llegues y permanezcas donde debes de estar...
No habrá gigante que lo impida.
Aun en medio de las circunstancias difíciles y peligrosas que te rodeen,
gozarás de las bendiciones incondicionales de Dios, quien irá siempre delante
de ti abriéndote caminos intransitables para darte esos tesoros escondidos
preparados para ti. Aplica para ti esta promesa: “Yo iré delante de ti,
y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de
hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy
guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo
nombre”. Isaías 45: 2-3.
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